miércoles, noviembre 01, 2006

Oasis

La vida humana, el cine, y
el principio de la investigación en las aulas

La imagen en movimiento, sus mensajes, sus ideas técnicas y sus contenidos son elementos de indiscutible valor y de indispensable estudio en las aulas. Es una de las estrategias interdisciplinarias por excelencia, vía para lograr la transversalidad, y al mismo tiempo base y fundamento de análisis y estudio de cualquiera de las áreas de un programa de trabajo.

El cine refleja la totalidad, pues su fundamento es contar dramas humanos con tecnologías y lenguajes diferentes de los tradicionales. El cine, como comenta MacLuhan en El aula sin muros, complementa conocimientos, integra ideas y lenguajes. El cine puede hacer comprender mejor una obra de teatro, un drama escrito, y al mismo tiempo puede incitar a leer la obra literaria que ha servido de base al film.

El cine es el gran desconocido por demasiado cercano. En los primeros años de su historia se proyectaban las películas en barracas de feria; por ello era rechazado por la gente «culta». Más tarde se hicieron cargo de él los intelectuales, descubriendo las posibilidades artísticas y culturales, y desarrollando el pensamiento cinematográfico. En el cine lo poseemos todo: el espectáculo, la aventura, el arte y el razonamiento. Tenemos dónde elegir, pero hay que entrar en él con seriedad, con investigación y con esfuerzo, ya que aporta a la cultura unas formas de comunicación y de lenguaje que de otra manera y por otros caminos sería imposible conocer y aplicar en las aulas.

El cine nos introduce tanto en la pequeñez de los elementos, convirtiéndolos en importantes, como en inconmensurables espacios, transformándolos en accesibles y entrañables. La tecnología puesta al servicio del mensaje, ha metamorfoseado al cine, lo ha hecho ineludible para conocer filosofías, pensamientos, historias, lugares, modos de vida y costumbres. El cine, entonces, no es entretenimiento, goce, esparcimiento. Es una manifestación de la múltiple creatividad humana. Es una forma de expresar conceptos, de plasmar esencias, de examinar la naturaleza de lo que nos rodea.

El cine posee una gran complejidad, es acaso una manera distinta y particular de entender la vida, con sus oscuridades, su simplicidad y sus abigarramientos. El cine, en sus múltiples variedades, géneros, épocas y formatos, tiene un lenguaje propio, exclusivo y excluyente.

Una película es un universo en sí misma, con vida propia y con una compleja estructura, en donde el arte como fin supremo palpita a cada instante del rodaje. Un film se distingue por esa amalgama maravillosa de la estética y el movimiento, el suspense y la gravitación, que en tantas ocasiones llevan al espectador desde una gran carcajada hasta sendos lagrimones, pasando por una profunda reflexión sobre el sentido de la existencia del hombre.

Tito Jiménez Casafranca

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